Hoy me gustaría desempolvar otro de mis viejos artículos que viene a
hablar un poco sobre los tipos educativos en Psicología. Ya habíamos
hablado un poco sobre lxs niñxs y las emociones a través de Inside Out, la película. Hoy vamos a hablar un poquito sobre conducta y estilos educativos, espero que os guste :)
Muchas personas cada día se enfrentan a la difícil tarea de ser padres y madres “¿lo estaré haciendo bien?” se preguntan.
Vamos a hablar un poquito sobre los estilos educativos. Hay quienes se sentirán reconocidos a lo largo de este artículo:
1º Estilo autoritario.
Es un estilo impositivo en el que se le inculca a los pequeños a obedecer sin explicaciones lo que digan los padres y madres.
Si bien trae consigo una exigencia de superaciones y logros académicos por parte de los padres y madres, también provoca una baja autoestima en los hijos e hijas. Resulta difícil integrar un “sí porque sí/ porque lo digo yo” y produce mucha indefensión.
2º Estilo permisivo.
Es un estilo en que se le permite a los hijos e hijas crecer sin reglas ni límites. Permite propiciar un buen desarrollo de la creatividad y una alta autoestima. Muchos estudios demuestran que estos niños acaban siendo más felices que los que han sido educados con estilo autoritario.
Por contra, son niños que no aprenden a aceptar un “no” y por ello, acaban siendo niños y niñas con bajo nivel de tolerancia a la frustración.
3º Estilo democrático.
En este estilo, se marcan pautas de comportamiento y reglas. Se delimita lo que “se puede hacer” y “no se puede hacer” y siempre con un buen razonamiento argumentativo. También se educa con exigencias e incentivos para conseguir logros.
De este modo, hay unas normas preestablecidas que los niños y niñas entienden y que forman parte de un entorno o rutina predecible en casa.
Estos niños aprenden que hay ciertas normas que hay que cumplir y por qué (aunque no les gusten) y están motivados para conseguir objetivos.
*Consejos:
> No cedas ante berrinches:
Si no puedes/quieres comprarle algo haz que entienda el porqué. Si su berrinche persiste (sea donde sea) deja que llore, pero no cambies tus reglas. Simplemente deja que se canse y hazle caso cuando se comporte con normalidad. Si cedes ante un berrinche o le das atención, entenderá que la próxima vez conseguirá tu atención y lo que quiere quiera conseguir cuanto más escándalo haga.
> No le pegues :
Nunca recurras nunca al castigo físico. Aunque es efectivo a corto plazo, no conseguirás que deje de hacerlo a largo plazo. Quítale privilegios durante X tiempo (la paga, el tiempo de video consola, tu atención, etc) y que él/ella entienda que su comportamiento provoca la retirada de privilegios.
> Establece un horario predecible :
Que tengan claro cuál es la hora de comer, a qué hora van a hacer su tarea del cole, a qué hora juegan y a qué hora hacen otras actividades deportivas o extraescolares.
Espero haber ayudado a mamás y papás jóvenes con sus incertidumbres y quiero aprovechar para recordar que no hay nada más importante para un niño o niña que el amor de sus padres y madres.
FIN
Aunque el artículo original termina aquí, me gustaría añadir unos pequeños apuntes para recalcar la importancia de la educación.
En Psicología, hay una serie de "rutinas", horarios, formas de trabajar, que es lo que se llama "marco".
El marco, aunque puede parecer una tontería no lo es. Tiene su importancia y si te paras a pensar es como un colchón de seguridad: es una cita con alguien que te va a atender a una hora determinada en un lugar conocido donde uno se siente acogido y durante un tiempo determinado, el cual, conoces.
A veces puede parecer un fastidio tener que terminar la sesión, otras veces da pereza acudir porque en el fondo nos resistimos a hacer frente a nuestros fantasmas.
El marco delimita, pone unos límites y representa la realidad. La realidad es como es y no hay otra. Podría medir 1'80m de altura pero mido 1'62m y es lo que hay, para bien o para mal. Me mido y esto resulta obvio.
La realidad también está llena de obviedades y normas. Es obvio si llego temprano o tarde, si me paso o no llego.
Lxs niñxs también necesitan estar en contacto con la realidad. Saber que es algo predecible, rutinario (esto les da tranquilidad) y que en función de cómo se comporten hay unas consecuencias u otras. Les hace sentirse tranquilos al saber que pueden decidir, que son dueñxs de sus vidas. Aprenden a ser responsables y también consecuentes.
Fritz Perls, en su libro "yo hambre y agresión" hablaba del rol de la madre en la percepción del hijo. Un niño que aprende a pedir y que obtiene al instante no valora ni lo que pide ni el esfuerzo que supone conseguirlo. Además, cualquier pequeño retardo en su obtención le causa tal frustración que verá a su madre como una "bruja". En cambio, un niño que se acostumbra a la incertidumbre de no saber si lo tendrá o no lo tendrá se acostumbra a valorar lo que tiene, partiendo del "no". Todo lo que pueda conseguir viene en forma de algo grato y percibe a su madre como el "hada buena".
Esto último no es más que parte del principio de realidad, comprender que en la vida no todo viene a nosotros, sino que tenemos la responsabilidad de hacer que las cosas ocurran, o al menos, poner nuestra parte porque no se puede conseguir todo siempre.
Muchas personas cada día se enfrentan a la difícil tarea de ser padres y madres “¿lo estaré haciendo bien?” se preguntan.
Vamos a hablar un poquito sobre los estilos educativos. Hay quienes se sentirán reconocidos a lo largo de este artículo:
1º Estilo autoritario.
Es un estilo impositivo en el que se le inculca a los pequeños a obedecer sin explicaciones lo que digan los padres y madres.
Si bien trae consigo una exigencia de superaciones y logros académicos por parte de los padres y madres, también provoca una baja autoestima en los hijos e hijas. Resulta difícil integrar un “sí porque sí/ porque lo digo yo” y produce mucha indefensión.
2º Estilo permisivo.
Es un estilo en que se le permite a los hijos e hijas crecer sin reglas ni límites. Permite propiciar un buen desarrollo de la creatividad y una alta autoestima. Muchos estudios demuestran que estos niños acaban siendo más felices que los que han sido educados con estilo autoritario.
Por contra, son niños que no aprenden a aceptar un “no” y por ello, acaban siendo niños y niñas con bajo nivel de tolerancia a la frustración.
3º Estilo democrático.
En este estilo, se marcan pautas de comportamiento y reglas. Se delimita lo que “se puede hacer” y “no se puede hacer” y siempre con un buen razonamiento argumentativo. También se educa con exigencias e incentivos para conseguir logros.
De este modo, hay unas normas preestablecidas que los niños y niñas entienden y que forman parte de un entorno o rutina predecible en casa.
Estos niños aprenden que hay ciertas normas que hay que cumplir y por qué (aunque no les gusten) y están motivados para conseguir objetivos.
*Consejos:
> No cedas ante berrinches:
Si no puedes/quieres comprarle algo haz que entienda el porqué. Si su berrinche persiste (sea donde sea) deja que llore, pero no cambies tus reglas. Simplemente deja que se canse y hazle caso cuando se comporte con normalidad. Si cedes ante un berrinche o le das atención, entenderá que la próxima vez conseguirá tu atención y lo que quiere quiera conseguir cuanto más escándalo haga.
> No le pegues :
Nunca recurras nunca al castigo físico. Aunque es efectivo a corto plazo, no conseguirás que deje de hacerlo a largo plazo. Quítale privilegios durante X tiempo (la paga, el tiempo de video consola, tu atención, etc) y que él/ella entienda que su comportamiento provoca la retirada de privilegios.
> Establece un horario predecible :
Que tengan claro cuál es la hora de comer, a qué hora van a hacer su tarea del cole, a qué hora juegan y a qué hora hacen otras actividades deportivas o extraescolares.
Espero haber ayudado a mamás y papás jóvenes con sus incertidumbres y quiero aprovechar para recordar que no hay nada más importante para un niño o niña que el amor de sus padres y madres.
Aunque el artículo original termina aquí, me gustaría añadir unos pequeños apuntes para recalcar la importancia de la educación.
En Psicología, hay una serie de "rutinas", horarios, formas de trabajar, que es lo que se llama "marco".
El marco, aunque puede parecer una tontería no lo es. Tiene su importancia y si te paras a pensar es como un colchón de seguridad: es una cita con alguien que te va a atender a una hora determinada en un lugar conocido donde uno se siente acogido y durante un tiempo determinado, el cual, conoces.
A veces puede parecer un fastidio tener que terminar la sesión, otras veces da pereza acudir porque en el fondo nos resistimos a hacer frente a nuestros fantasmas.
El marco delimita, pone unos límites y representa la realidad. La realidad es como es y no hay otra. Podría medir 1'80m de altura pero mido 1'62m y es lo que hay, para bien o para mal. Me mido y esto resulta obvio.
La realidad también está llena de obviedades y normas. Es obvio si llego temprano o tarde, si me paso o no llego.
Lxs niñxs también necesitan estar en contacto con la realidad. Saber que es algo predecible, rutinario (esto les da tranquilidad) y que en función de cómo se comporten hay unas consecuencias u otras. Les hace sentirse tranquilos al saber que pueden decidir, que son dueñxs de sus vidas. Aprenden a ser responsables y también consecuentes.
Fritz Perls, en su libro "yo hambre y agresión" hablaba del rol de la madre en la percepción del hijo. Un niño que aprende a pedir y que obtiene al instante no valora ni lo que pide ni el esfuerzo que supone conseguirlo. Además, cualquier pequeño retardo en su obtención le causa tal frustración que verá a su madre como una "bruja". En cambio, un niño que se acostumbra a la incertidumbre de no saber si lo tendrá o no lo tendrá se acostumbra a valorar lo que tiene, partiendo del "no". Todo lo que pueda conseguir viene en forma de algo grato y percibe a su madre como el "hada buena".
Esto último no es más que parte del principio de realidad, comprender que en la vida no todo viene a nosotros, sino que tenemos la responsabilidad de hacer que las cosas ocurran, o al menos, poner nuestra parte porque no se puede conseguir todo siempre.
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